EL CONSEJO DE COFRADIAS
Es dificil valorar como ha podido afectar al Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla como institución todo lo concerniente a la entrada de la Hermandad del Carmen Doloroso en la jornada del Miercoles Santo, y de esta corporación y la Cofradía del Cautivo y Rescatado de populoso barrio del Polígono San Pablo, dentro de la nómina de las ya cincuenta y nueve Hermandades de Penitencia que hacen Estación a la Santa Iglesia Catedral y que fue aprobado en aquel famoso pleno de Hermanos Mayores del pasado mes de Enero. Las asignaciones de Pregoneros o Imágenes que presiden el Vía Crucis instituido por dicho órgano o la problemática sobre la posible ampliación de la Carrera Oficial pueden ser otros temas que han podido dañar la imagen de dicha institución. Por esta serie de cuestiones queremos saber de nuestros oyentes y lectores de abc: ¿Tiene realmente poder de decisión el Consejo sobre los temas importantes que afectan a las Cofradías?, ¿Donde llega su capacidad de decisión?, ¿Cual es la imegen actual de dicha institución?, ¿Quién manda realmente en nuestras Cofradías?. Esperamos vuestros comentarios.
posted by romera @ 12:36 AM
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1. El bastón de mando en nuestras Cofradías está en nuestro querido Cardenal, como buen pastor de la Iglesia de Sevilla.
2. El Consejo es el nexo de unión necesario entre la autoridad eclesiástica y las hermandades y cofradías de Sevilla. Una vez oída la opinión del Cardenal su misión es hacerla llegar al pleno de hermanos mayores e intentar conseguir un consenso entre todos.
3. Las Hermandades y Cofradías se encuentran en un tercer plano. Su opinión es tenida en cuenta, pero en ningún caso resulta decisiva en la toma de decisiones finales.
El Consejo tiene capacidad para tomar decisiones, aunque en no pocas ocasiones se impone el criterio de Palacio.
La imagen del Consejo está totalmente devaluada en la actualidad. Por un lado unos lo acusan de falta de autoridad y por otro, de manipular la opinión de hermandades y de no mirarlas a todas por igual. La elección de pregonero, las hermanas costaleras y el tema de las hermandades de vísperas han dividido como nunca a hermandades y Consejo.
En nuestras cofradías manda el Cardenal, en ocasiones es obligado su golpe de autoridad, en otras debería respetar el criterio de las hermandades y Consejo.
El Consejo tiene la difícil papeleta de armonizar los derechos de las distintas hermandades penitenciales de la Ciudad. Desde la Cuaresma del 2006 han tenido lugar una serie de acontecimientos que han complicado en gran medida al Consejo. En el fondo el Consejo puede o no llevar razón, el problema ha estado un poco en las formas. El pleno para la entrada de nuevas cofradías no ha sido todo lo serio que debiera, las hermandades se han posicionado mirando, en muchos casos, por su interés personal y no por los merecimientos de estas dos hermandades y finalmente toda la responsabilidad ha recaido en las hermandades de una jornada con no pocos problemas de composición. La elección de pregonero puede ser justa, pero airear a los cuatro vientos el nombre de los finalistas de mal gusto.
La intervención del Cardenal en la toma de ciertas decisiones de relevancia o cuando las posturas son ambiguas en sus planteamientos y no buscan una solución a un problema concreto, no es sólo aconsejable, es de justicia.
No podemos señalar con dedo acusador a una persona concreta y volcar sobre ella toda la culpabilidad. Todos somos un poco responsables de esta incómoda situación que se está creando. Sería enormemente injusto dudar de un hombre de la humanidad, la capacidad de trabajo, la tolerancia y los amplios valores cristianos del Sr. Román. Su postura, sea cual sea, nunca podrá dejar contentos a todos. Seamos más complacientes y reflexionemos, miremos más allá de las puertas de nuestra hermandad y abramos el corazón a esos hermanos nuestros relativamente lejanos en el espacio y cercanos en el sentimiento, que quieren hacer realidad su anhelo de sentirse cofrades de sus propios barrios en el corazón de su ciudad. Demos gracias a Dios por habernos mandado un día a nuestra ciudad al que es hoy nuestro Pastor y Amigo. Su condición de gobernador de nuestra diócesis en ningún momento le ha hecho perder la sencillez del que se llama a si mismo nuestro más humilde servidor.
El Consejo es soberano a la hora de tomar decisiones. En el momento que un problema se prolonga en el tiempo o bien crea "alarma social" emerge la figura del Cardenal o de un destacado miembro del Palacio Arzobispal instando a las hermandades a llegar a un buen acuerdo, en caso contrario se encarga el Señor Cardenal de dejar las cosas en el lugar que corresponde. El problema de nuestras cofradías estriba en que siempre son los mismos los que tienen que pagar las consecuencias de todo mal arreglo. No es tan difícil darle un lugar a la Resurrección el Sábado Santo, por cuestiones de caridad cristiana y de coherencia. En el momento que pasó a ser Hermandad Penitencial todo litigio acerca de su condición de gloria queda fuera de lugar. El Pleno pro-salida del Carmen y Polígono de San Pablo resultó ser a la carrera y sin ningún tipo de reflexión, el Miércoles Santo volvió a ser punto de encuentro de críticas y de acusaciones con total y desproporcionada injusticia. Como siempre han dado ejemplo y han acogido a una nueva hermandad en su seno.
me gusta como trabaja el consejo, me parece que dan las decisiones cuando hay que darlas y las dan bien dadas.
eso si no pueden dar a tantas hermandades el titulo de hermandad de cofradia con este paso vendran asta de huelva.
El Cardenal lanza al aire una recomendación a Consejo y hermandades. El Consejo trata de persuadir a las hermandades para que sean estas quienes tomen la decisión que guste a la Curia y en caso contrario de nuevo el Cardenal impone lo que estime a bien. El Consejo pierde todo crédito y las hermandades son convidados de piedra ante dantesca situación. Conocemos la mano que mece la cuna, pero el niño lleva dormido mucho tiempo y podemos conseguir que se despierte.
Esta Junta Superior del Consejo ha demostrado, de forma clara, una evidente falta de liderazgo en muchas de las iniciativas que ha emprendido, amén del escaso resultado que han dado. Véanse, por ejemplo, los catastróficos resultados del Martes Santo de 2006. La filtración de la indignante forma de bajar de la terna de futuribles pregoneros a D. Antonio Burgos, la falta de claridad en el ya cansino asunto de la Resurrección, el caos del Carmen Doloroso; y todo eso sólo en el último año.
Da la impresión que nos dirigen pollos sin cabeza...
El Consejo no tiene poder de decision ninguno,solo nombra los pregoneros y poco mas.El que manda y debe de mandar es el Sr. Arzobispo que para eso las Hermandades somos asociaciones publicas de fieles.O es que creeis que la entrada del Carmen Doloroso en el Miercoles Santo lo decidieron los Hermanos Mayores del dia.Me parece muy bien que mande el Sr. Arzobispo,pero que sea coherente en sus decisiones, o que pasa con la Resurrecion.Un abrazo en Cristo
No le podemos pedir al Consejo que obre el continuo milagro de armonizar los derechos y reclamos de las distintas hermandades y cofradías de Sevilla. Las hermandades tienen que tener presente en todos sus actos u omisiones que pertenecen a la Santa Iglesia Católica y que el fin último que motiva su existencia se basa en cuatro pilares fundamentales: caridad, formación, juventud y cultos y no únicamente en lucir sus imágenes con el mayor esplendor en las calles de nuestra Ciudad. A ese toque diferenciador de nuestra Semana Santa que radica en el buen gusto y en la belleza de sus imágenes no debemos desligar nunca el respeto y la caridad hacia las demás hermandades y la obediencia a quien bien nos representa a todos en su condición de cabeza visible de la Iglesia de Sevilla.
Es de agradecer la buena voluntad de Manolo Román, pero mientras en nuestras hermandades primen los intereses personales sobre los generales, estaremos inmersos en continuas descalificaciones y fricciones que no hacen sino dañar la imagen de Nuestra Semana Santa. Es lamentable que el Arzobispo de Sevilla tenga que llamar continuamente al orden a los hermanos mayores y tomar unas decisiones de motu propio por la manifiesta incapacidad del Pleno de hermanos mayores para arreglar sus problemas.
la verdad es que el consejo me ha decepcionado por que no saben actuar a su debido momento, las cosas deben de defenderse a uñas y dientes y no dejar pasar las cosas y punto
menos mal que el cardenal esta para dar baculazos tal y como los que sabe dar
estoy deacuerdo con angelorum
de angel a angel y tiro por que me toca. a_las_12_angelus
El Consejo de Cofradías tiene que ser un organismo en el que sus miembros demuestren al resto de la sociedad que pueden exponer sus ideas libremente y tomar las decisiones oportunas con un mínimo consenso, cosa que, en la actualidad, no ocurre.
Me parece que la imagen del Consejo ha quedado seriamente cuestionada después del varapalo del Señor Cardenal.
Al final es él quien manda, cosa que me parece perfecta, así que no tome más al consejo como parapeto y dé soluciones ya al tema de la Hermandad de la Resurección al igual que las ha dado con la Hermandad del Carmen.
está claro que el Consejo y las Hermandades por sí solos no saben afrontar los problemas que les llegan, ahí tenemos el caso de La Resurección y El Carmen.
Señores, más caridad cristiana y más apretarnos si hace falta para que entre otras. No puede haber casi 3000 nazarenos en una cofradía y decir que la Semana Santa está saturada... menos lucirse en campana, los pasos andando de frente, los nazarenos ligeritos, a ver si es factible o no la inclusión de otras Hermandades
Completamente de acuerdo con Jordi de Triana cuando en su punto tres afirma que la opinión de las hermandades no es decisiva en la toma de decisiones. Cuando se reúne el Pleno del Consejo de Hermandades y Cofradías y toma una determinación, en el caso que esta resulte ser la pretendida por la autoridad eclesiástica de Sevilla no existe problema alguno, el acuerdo es respetado y hasta aplaudido, en caso contrario la presión resulta ser insostenible hasta conseguir el dictamen pretendido por el Arzobispado, en otro caso baculazo del Cardenal habemus. El último ejemplo lo tenemos en la aprobación de las dos últimas hermandades incorporadas a Carrera Oficial y esa presión desmedida sobre las hermandades de un día concreto de nuestra Semana Santa.
Recuerdo que la Iglesia es una institución jerárquica, poca independencia podrá tener el Consejo.
Y además, prefiero que siga así, no tengo ninguna confianza en este órgano. No quiero acordarme de al mentes clarividentes y sabias que le hicieron la vida imposible a la Sed en sus comienzos......
Totalmente de acuerdo con Aleluya. El Consejo es un mero elemento decorativo, que muchos utilizan, han utilizado y utilizarán para escalar socialmente.(todos conocemos nombres) Hay quien no ha salido de Hermano Mayor y ya está pensando en presentarse al Consejo( Y no son precisamente mentes clarividentes). Mientras esto siga así prefiero que sea el Sr. Cardenal el que dirija las Cofradias. Creo que este año el Consejo ha demostrado todo lo que tenía que demostrar( elección de pregonero, Miércoles Santo, Resucitado).
En mi modesta opinión el Consejo ha perdido como institución a consecuencia de una mala gestión. La presidencia del mismo deja mucho que desear, así como muchos de los miembros que lo integran. Ralmente parecen más el ejército de "Pacho Villa", que la Institución que debieran representar.
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